Los paisajes adornados por molinos, las características de unos pueblos y ciudades acariciados por un carril bici que conectaba cualquier punto del país, la fotografía de un país que invitaba a seguir el ritmo de cada una de las rutas con el aroma previo de un buen café. Las averías mecánicas, la lluvia y las anécdotas, eran algunos de los ingredientes que, al terminar de pedalear, sacaban más de una sonrisa entre amigos.