“Mi alma baja de noche por el cauce del Bidasoa
a diluirse en el mar, trazando rutas viajeras,
señalando caminos,
y regresa, rompiendo el alba,
en un estallido de espumas,
para recuperar el sabor de tus playas,
el sonido de tu música viva,
el olor de tus praderas.”
Bernardo Atxaga