-Les hacíamos las portadas, las camisetas. Nos lo pasamos bomba con aquella gente.
-Pero nosotros nunca hemos sido artistas – dice Paco.
-Hemos sido técnicos y empresarios. Claro que hemos sido creativos, pero ser artistas es otra cosa.
-Yo tengo mucho respeto por el artista verdadero -sigue Paco-. He conocido a muchos, muy diferentes, y enseguida me he dado cuenta de que eran personas especiales, con una manera de ver las cosas que te descoloca, que te sorprende, que te cuestiona. Algunos siguen una línea muy clara, un desarrollo con mucha fuerza, expresan algo propio. Nosotros somos técnicos. Bueno, también es verdad que veo algunas cosas que ha diseñado María Jesús para galerías de arte y digo… ostras… esto es…
-…una chapuza -interrumpe ella.
-…tú dirás que es una chapuza, pero para mí es arte o algo muy cercano. Lo que pasa es que nosotros no buscamos ser artistas, no vamos a hacer una exposición, nuestra búsqueda no ha sido esa.
-¿Cuál ha sido la búsqueda?
-Crear algo propio y reconocible. Nuestra prioridad no era ganar mucho dinero o crecer como empresa, la prioridad era conseguir productos excelentes.
-Insistís en que no sois artistas pero sí sentís ese orgullo por vuestras creaciones.
-Nos da orgullo el trabajo bien hecho -explica María Jesús-. Hacer bien las cosas ha sido siempre nuestro empeño. Si viene una prenda con una costura mal rematada, con cualquier detalle que no va, no la aceptamos. Lo normal sería dejarla pasar, pensando que ya saldrá mejor la próxima, pero aquí no, en Etxeondo esa prenda no pasa. Le damos mil vueltas a la prenda, boca arriba, boca abajo, hasta que quede perfecta.
-Yo lo tengo claro: si tenemos una prenda con una imperfección, nos sale más barato romperla -dice Paco-. Porque si la vendemos, ganamos ese dinero pero perdemos algo mucho más importante.
Al cabo de dos o tres años en el caserío Etxeondo, María Jesús y Paco pensaron que debían especializarse. Que debían elegir algún ámbito que les gustara y hacer la mejor ropa posible. Y como a Paco le gustaba mucho la bici…
Los caminos de la vida son inescrutables: Etxeondo entró en el ciclismo a través de la Orquesta Mondragón.
Sigue en la Segunda Parte.